viernes, 5 de octubre de 2012

Mis pasiones

Hola!
Bienvenido a mi blog de mis cuatro grandes pasiones: perros, libros, música e internet!. Espero sea de tu agrado y día a día sigas mis charlas, mis recomendaciones y mucho más!.

He tenido la inmensa fortuna de tener perros en mi vida. Dos bóxer, dos Bouvier de Flandres y un Labrador. Amo a los perros y son tan importantes en mi vida que no puedo estar sin uno. De mis 40 años de vida, desde los 8 años he tenido algún perro. Siempre uno. 

Cada perro marca la diferencia en tu vida. Recuerdo mi Bóxer que se llamaba Alex. Estuvo conmigo desde mi infancia hasta una parte de mi adolescencia. Siempre recuerdas tu primer perro con muchísimo cariño porque  aprendes a convivir con un animal. Te enseña a ser responsable, respetar la vida animal y lo más importante, te vuelve más humano. Ves sus limitaciones como el simple hecho de que no pueden hablar pero aprendes a comprender que no hay necesidad de eso. Basta con sus demostraciones de cariño y alegría para darte cuenta que un simple animalito tiene más corazón que un humano. Me dio tantas alegrías de niña que se convirtió en mi compañero de juego cuando estaba aburrida. Qué buenos momentos pasé contigo, Alex. Para mi, fue una tragedia cuando murió porque fueron 9 años de convivencia. Lo envenenaron porque se volvió un perro callejero que solo regresaba a mi casa a dormir. Primera lección dolorosa que tuve. Tanto fue mi tragedia de su muerte, que mis Padres se opusieron rotundamente a que tuviera otro. 

Pasaron 3 años de esta tragedia que al fin me compraron otro Bóxer. Y le puse el mismo nombre. No duró mucho. Me fui de viaje por 6 meses y se volvió agresivo. Mi Padres siempre me advirtieron: no queremos un perro agresivo, así que, a la primera mordida se va. Pues se fue estando yo en otro país. De igual manera fue una tragedia. Me quedé sin  perro 2 años.

Y llegó un flamante cachorro de 4 meses de la raza Bouvier de Flandres. Precioso animal!!!. Era negro y le puse Nico. Me encantó porque primeramente nunca había escuchado de esta raza y no la había visto en la ciudad en que vivo. Ya era una persona adulta y lo eduqué yo misma. No cometí el mismo error que mis Padres en dejarlo a salir a la calle solo y sin cadena. Me volví muy protectora y lo cuidé como lo más preciado en mi vida. Lo primero que hice fue buscar información sobre esta raza porque era prácticamente desconocida para muchos. Debo de reconocer que llamaba mucho la atención porque parecía un oso. Mucha gente corría cuando me veían en la calle con Nico. El caso es que en ese entonces no había internet aún. Preguntaba a veterinarios, entrenadores, asístía a exposiciones caninas y consultaba a gente apasionada de la canofilia sobre la raza. Sinceramente no muchos podían proporcionarme la información que buscaba pero eso no me importó. Amé a mi Nico con toda mi alma y lo tuve conmigo 10 maravillosos años. Su muerte fue por enfermedad pero me dolió igual que la de Alex. 

Para ese entonces, ya existía Internet( que es otra de mis pasiones) y por cosas del destino, me hice amiga de la máxima criadora de Bouviers de Flandres en México. Nos hicimos amigas por correo porque yo la contacté para pedir informes de la raza ya que era la única que sabía. Me regaló un libro sobre el Bouvier y después de casi 10 años teniendo esa raza, al fin pude comprender el carácter de Nico, sus cuidados y sus ventajas y desventajas de tener un ejemplar así. No es fácil criar a un Bouvier pero no me importó y he tenido tanta suerte con mis perros que me regalaron otro Bouvier!!. Precisamente, ella, la máxima criadora de esta raza en México, me regaló un cachorrito de 2 meses. Tuve que ir por èl y mi bebé se vino en avión!. Sufrí en ese viaje en verdad. Era la primera vez en mi vida que iba a recoger a un perro a otra ciudad. Por fortuna, todo salió bien y mi nuevo Bouvier, llamado Jax, había llegado a mi vida. 

Jax fue un perro maravillosooooo!.Muy distinto en carácter a Nico. Nico era reservado, apático y poco afectuoso. En cambio, Jax, era todo lo contrario!. Siempre estaba conmigo y me seguía a todos lados. Muy sociable con la gente y con otros perros. Mi tristeza empezó a aparecer cuando a los 8 años de edad le detectaron Displasia de la Cadera. Le costaba trabajo subir escaleras y tenía dolor. Con medicamentos y con ciertos cuidados, estuvo bien durante unos 10 meses más. Después, empezaron los problemas de salud. Empezó a adelgazar, a caerséle el pelo, poco comía y había cierta tristeza en su mirada. LLoraba. Me partió el alma porque a pesar de que poco faltaba para que hablara, entendía lo que me decía con su mirada. Que ya había llegado el momento. No lo quise aceptar por un par de semanas. Hasta que llegó el momento de tomar una decisión porque ya no era vida lo que llevaba mi Jax. LLoré como nunca porque no sabía si era la decisión correcta. Y llegó el día de su partida. Estuve con mi Jax hasta el último suspiro, hablándole, abrazándolo y guiándolo hacia la luz. Mucha gente sugiere que no se debe de hacer esto porque nuestras mascotas se resisten a dejarnos, pero yo no lo creo asi. Mi perro murió en su casa junto a mi. Si èl siempre estuvo conmigo en los buenos y malos momentos, por qué yo no??. Es lo justo y nuestras mascotas merecen lo mejor de este mundo hasta el último día. 10 años estupendos pasé con mi Jax.

Después de 6 meses de no tener perro, llegó otro a mi vida. En esta ocasión fue una hembra Labrador de 3 años. Repito, tengo muy buena suerte para que me regalen perros!. Qué nena tan hermosa. Se llamaba Dely. Pero poco duró mi alegría. Tan poco que hasta la fecha no logro superar su muerte porque fue trágica y muy traumática para mi y mi familia. Mi Dely era la reina de la casa. Muy cariñosa, muy alegre, muy inteligente y en pocas palabras, una perra excepcional!!. Nos ganó el corazón a todos. A los pocos días de haber llegado, le entró el celo y la crucé. Al final, quedó embarazada y para mi esto era novedoso porque siempre había tenido ejemplares machos. Estábamos felices de que tendríamos a muchos cachorritos en casa. Muy ilusionados con la llegada de esos nuevos miembros de la familia. Pero un día, esa felicidad se convirtió en una inmensa tristeza y una experiencia trágica. Mi perra murió por envenenamiento estando embarazada. Dos días antes de su muerte, le habían hecho un ultrasonido y se vieron cinco cachorros en pantalla. La experiencia fue aterradora. Ver como tu perra se azota, se convulsiona y se le paralizan sus extremidades es realmente espantoso. Cuando tus mascotas anteriores mueren por enfermedad, vejez e incluso por atropellamiento, quizá lo entiendes en algún momento, pero morir así, en la forma en que mi Dely murió a poco tiempo de dar a luz, es algo que jamás logras asimilar y aceptar. Siendo una perra tan buena, tan noble y que daba todo para complacerte, es injusta la muerte que tuvo. De verdad que quien ha pasado una situación similar, sabrá lo horrible que se siente. Mi Dely solo estuvo 2 meses conmigo. Fueron días muy intensos y maravillosos que nos hicieron felices. Es increíble que en solo dos meses, pueda uno querer tanto a un animal. Siempre estarás en mi corazón, Dely, de eso no tengas la menor duda. 

Y ahora estoy a la espera de otro hermoso Labrador color negro que muy pronto llegará a mi vida. Tiene 1 año de edad y se llama Newt. Ya les contaré cuando me lo traigan. Estoy super emocionada!. Newt, te voy a querer toda mi vida porque vendrás en un momento en que mi vida se siente vacía por la pérdida de Dely. Serás mi amigo, mi niño, mi bebé, mi todooo!. Desde hoy ya te amo inmensamente y cuento las horas para que estés junto a mi. 




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